Una asamblea es la herramienta a través de la cual los trabajadores podemos organizarnos, participar de manera democrática y tomar dediciones sobre aquellos temas u asuntos que nos afectan.
Las decisiones a las que se llegan a través de la asamblea contienen su poder y fuerza en la legitimidad producto de la participación. Es importante destacar que la conciencia y necesidad de las asambleas por parte de los trabajadores y el pueblo, serán el antídoto a la burocratización de dirigentes o delegados.
En las asambleas la participación es sin que medie ningún representante, cada cual participa y opina por si mismo, a esto se lo suele llamar democracia directa.
Las decisiones a las que se llegan a través de la asamblea contienen su poder y fuerza en la legitimidad producto de la participación. Es importante destacar que la conciencia y necesidad de las asambleas por parte de los trabajadores y el pueblo, serán el antídoto a la burocratización de dirigentes o delegados.
En las asambleas la participación es sin que medie ningún representante, cada cual participa y opina por si mismo, a esto se lo suele llamar democracia directa.
Para promover que todos puedan ser escuchados, la primeras tareas que deberá resolver la asamblea (es decir, el conjunto de trabajadores) cada vez que se desarrolle serán:
• Temas que se tratarán y el orden de prioridad de cada uno.
• Un coordinador ( quien dará la palabra a quienes la soliciten -lista de oradores- teniendo en cuenta los temas y tiempos).
• Quien registrará los temas, mociones y resoluciones por escrito (actas).
Una de las maneras más importantes para tomar decisiones en asamblea, es el consenso, es decir a través del debate franco para el cual todos los participantes deberán implicarse y comprometerse expresando sus opiniones, propuestas, iniciativas, con su propia voz y escuchando las opiniones del resto, pudiendo llegar a acuerdos aceptados por todos. Y para aquellos casos en los cuales no hay acuerdo posible se realizan votaciones, éstas también pueden realizarse para resolver situaciones ordinarias a las que la asamblea en su conjunto no quiera destinar demasiado tiempo.
Una asamblea que no esté acompañada de acciones concretas en las cuales se plasmen sus resoluciones, termina siendo tan solo un encuentro más. Lo central de esta herramienta es que a través de ella podemos los trabajadores legitimar nuestras acciones. Por lo tanto en ellas se deberá discutir y planificar las acciones con las cuales se llevarán a cabo las decisiones. Por ejemplo si en una asamblea de trabajadores, estos deciden que se comenzará a coordinar con la asamblea del barrio, también tendrán que decidir de que manera llevarán a cabo esta coordinación, es decir cuales son los pasos que realizarán para realizarlas, teniendo que designar tareas y responsables.
Las experiencias de los trabajadores de los 60 y 70 que organizados desde las bases conformaban asambleas en sus lugares de trabajo nos dan ejemplos históricos que ilustran el funcionar y la fuerza que contienen las decisiones y las acciones colectivas que se desprenden de las asambleas, como en el viborazo en el 71 en el cual la clase obrera se organizó e hizo que se la escuche y obligó a que se cumplan aquellas reivindicaciones por las que lucharon.
Para la defensa de nuestra independencia como clase trabajadora, no tenemos que entregarle a la burocracia el poder de decidir por nosotros, ni reproducir sus métodos burocráticos. Fortalezcamos y legitimemos nuestras asambleas para que éstas sean una verdadera herramienta para la clase, con la que podamos organizarnos y avanzar en nuestra lucha como trabajadores.
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