viernes, 20 de febrero de 2009

¿Porque la voz de los laburantes hoy?

Esta es nuestra presentación, nuestra lucha, nuestra palabra, nuestra acción. Queremos compartirla con todos los trabajadores y trabajadoras que como nosotros creen que aún es tiempo de luchar por nuestra dignidad y que en esa lucha el camino no es ni puede ser solitario. Leé, criticá, discutí, aportá.
Estamos empezando el 2009, han pasado ya años de privatización de muchos de nuestros recursos públicos, ha pasado la flexibilización laboral, avanza la desocupación, la inflación sigue devaluando nuestros salarios, la precarización es hoy regla entre los trabajadores.
Nuestras históricas conquistas como la recuperación de los sindicatos para los trabajadores, la jornada laboral de ocho horas, las vacaciones, las obras sociales para la atención de nuestras familias parecen tan solo recuerdos en la historia del movimiento obrero. Hace tan sólo 30 años muchos compañeros y compañeras se organizaban, se unían en lucha junto a otros para defender y exigir el respeto y la dignidad de los trabajadores.
Lucharon incansablemente contra los atropellos patronales, contra los gobiernos amigos del poder empresario, nacional e internacional. Los trabajadores discutían sobre su situación de explotación, se encontraban, se conocían, se unían en lucha contra la injusticia y así crecían.
Crecían en capacidad de organización, de lucha y de conciencia. Recuperaban los sindicatos de manos de quienes nunca defendieron ni defenderán al movimiento obrero: el lastre de la burocracia sindical. Realizaban huelgas masivas, se solidarizaban frente a cualquier injusticia que se cometiera contra el movimiento trabajador. La lucha de cada laburante, de cada fábrica era la lucha por todos los trabajadores explotados en cada rincón del país y del continente.
Por supuesto que este crecimiento y vocación de lucha, que surgía al calor de la unidad de los trabajadores, presentaba un riesgo para las patronales que veían en peligro su posibilidad de seguir enriqueciéndose a costa de la explotación del pueblo trabajador.
Y hubo respuesta. Y no fue aislada, ni improvisada, ni tibia. Con la dictadura militar del 76 el Estado, al servicio de los intereses privados, puso a funcionar su aparato represivo para intentar aplastar la unidad y la lucha de los trabajadores y trabajadoras.
Hoy 40 años después, queremos preguntar: ¿ha cambiado en algo la situación de los trabajadores desde aquellos tiempos de incansables luchas? ¿Acaso han mejorado nuestras condiciones de vida?
La realidad indica que para nosotros, los que trabajamos día a día para sobrevivir el mes, las cosas no han mejorado sino por el contrario han empeorado cada vez más.
Nuestros salarios siguen siendo de miseria, los precios de los alimentos, de los alquileres, la vestimenta, los útiles escolares de nuestros hijos, son cada vez mas elevados, las vacaciones son un lujo al cual prácticamente no podemos acceder, nuestras condiciones laborales son cada vez mas precarias (contratos basura, falta de estabilidad, perdida de derechos laborales), nuestros hospitales públicos están cada vez mas vacíos, sin profesionales, sin insumos, sin turnos; las escuelas de nuestros hijos y su educación cada vez en peores condiciones, nuestra vida es cada vez más solitaria, más egoísta, más escasa.
El futuro para nosotros aparece cada vez más incierto.
Eso sí, de una cosa no hay duda, si todo sigue igual, nuestro futuro es cada vez mas precario, mas flexibilizado, mas miserable.
Mientras tanto el gobierno sigue haciendo jugosos negocios con las grandes empresas extranjeras que nos explotan y se llevan nuestros recursos naturales, nuestro trabajo, nuestra riqueza. Mientras que la mayoría de los dirigentes sindicales, amigos del poder, hacen la vista gorda para tener una tajada de la torta ajena.
El famoso pakto social con el que asumió Cristina FdeK garantiza que la riqueza producida por todos los trabajadores se siga acumulando en unas pocas manos: las de ellos y sus empresarios amigos, casi una misma cosa. Fundamental en este marco el rol de los burócratas sindicales (los gordos ¿se acuerdan?) que ponen precio a nuestras cabezas para mantenernos callados, ya que no solo no defienden nuestros derechos sino que al primer intento de organizarnos y luchar actúan directamente como carneros del Gobierno de turno y las patronales ahogando toda resistencia. ¡¿A quién representan?! Los traidores de siempre siguen teniendo su papel en la historia.
Gran parte de la victoria de quienes nos oprimen radica en el miedo que nos han transmitido, el individualismo, el no te metas, el sálvese quien pueda, son ideas que no tienen que ver con nosotros, los trabajadores y trabajadoras, que sabemos que nuestra fuerza radica en la unión.
Entonces… ¿porque no recuperamos la experiencia de lucha y dignidad de nuestros compañeros históricos? Nuestras manos que trabajan deben unirse para golpear como un puño a todos aquellos que sean funcionales a la explotación. Tenemos que organizarnos en cada lugar de trabajo frente a cada injusticia cometida contra los trabajadores.
Es nuestro desafío salir del individualismo, el temor y el silencio y comenzar a agruparnos, a recuperar la fuerza que nos da la unidad y la organización, generando lazos entre nuestros compañeros, juntándonos para compartir nuestra situación y encontrar los caminos para superarla.
Los trabajadores necesitamos organizarnos para recuperar nuestra independencia, unirnos para sacar a patadas de nuestras organizaciones gremiales a los traidores que no defienden nuestros intereses, generando nuestros propios métodos de lucha, nuestras asambleas de carácter verdaderamente democrático, en unidad organizarnos y luchar por lo que es nuestro.
Los trabajadores y trabajadoras que impulsamos la Voz decimos:
« Organización e independencia política de los trabajadores
« Recuperación de los sindicatos a manos de los trabajadores
« Independencia de las patronales, del Gobierno y de la burocracia sindical
« Organización de base, democrática y legítima de los trabajadores
« Defensa de nuestro derecho a reunirnos libremente, discutir nuestros problemas y ejercer influencia en los asuntos de Estado a través de nuestras asociaciones.
« Organización y coordinación de las luchas de los trabajadores. ¡Basta de aislamiento y fragmentación!

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